De
deformación de conceptos y esteriotipos.
Cualquiera que haya leído fanfics, y más, fanfics de anime ha
escuchado estos dos términos. Son famosos en la comunidad yaoi y por
definición no son más que la posición de la persona en el sexo. Seme, el
activo. Uke, el pasivo. Literalmente, no son nada más que eso. Sin embargo, su
interpretación en el fandom les ha dado ambas palabras una dimensión diferente,
de tal manera que seme y uke no son sólo una manera de
identificar los roles en una relación sexual, sino también un conjuntos de
características y comportamientos definidos.
Personalmente, tengo problemas con estas dos palabras y
prefiero no usarlas o que no llamen a mis personajes así. La razón es
precisamente ese conjunto de comportamientos que el fandom relaciona con ellas.
Seme, en términos de la gran mayoría de la comunidad
ficker, está definido por un prototipo de macho. Hace unos días, en un post en
un grupo de facebook, alguien comentó que prefería narrar —en primera persona—
desde el punto de vista del uke porque el seme es predecible. Lo que intentaba
decir es que hay un patrón de carácter que se ha asumido que el seme, el
activo en el sexo, debe tener. Fuera de su posición en la cama, si un personaje
es etiquetado como seme, se espera que proteja al uke, que luche por él,
que siempre lleve la iniciativa, etc. El uke, en cambio, es su opuesto. Es el
que tiene que llorar, negarse, ser débil o necesita ser protegido (es muy común
en los fics y en el fandom ver que el seme tiene que luchar con otro “seme” por
su uke... sí, sé que lo acabo de escribir es algo perturbador, o al menos para
mí lo es, desde que veo las relaciones en términos de igualdad, y desde que no me
parece que uno de los miembros de esa relación deba ser tomado como una especia
de trofeo, o como también es común en los fics, puede ceder a las intenciones
sexuales de alguien que no ama/no le gusta, porque es uke y es lo que se supone
que hacen... rendirse a los activos). Resulta obvio ver que estas
características provienen del romance heterosexual, en dónde el uke toma la posición de
la mujer.
El problema con éste cambio en el significado de los términos
es que ya muchas personas asumen que eso es todo lo que los personajes son. Si
tus personajes son Gabriel y Mike (son dos de los míos, perdón por incluirlos
aquí), lo que el fandom espera y lo que la mayoría de las fickers escribe no
son a Gabriel y Mike, escriben de un seme que se supone que tiene
que conquistar a su uke y un uke que debe estar enamorado y sonrojarse. Se
ignora completamente las personalidades, e incluso a veces no se trabaja en las
personalidades porque éstas ya están dichas. Esta deformación del concepto
viene de los manga yaoi que han popularizado ambos estereotipos. Hay mangas
yaoi buenos, y no es que uno que tenga a un seme y uke
estereotipados tenga que ser malo, lo malo es cuando se considera que son lo
único que se puede enmarcar en el concepto. O sea, cuando se asume que sólo hay
un tipo de seme y un tipo de uke.
Ahora hay una corriente de Seme 2.0 y Uke 2.0 (sí, en serio)
en dónde el uke ya no es sólo pasivo también toma la iniciativa y el seme es
amable y no un depredador sexual. Y sí, han esperado que alguien escriba un
manga yaoi con estos estereotipos en vez de considerar que desde que son
personas no están atados a un patrón de comportamiento específico. Es lo que me
molesta, incluso más que los estereotipos de hombre y mujer que se perpetúan
con esta clase de comportamientos. La pérdida de la personalidad, de la
caracterización de un personaje a favor de un molde preestablecido. Para mí,
crear personajes es como conocer personas. Y ellos son personas. Como tal, son
un cúmulo de experiencias, sentimientos, de alma que guía sus acciones.
Y puede que en algún momento el comportamiento de mi Gabriel y mi Mike se
asemeje al que el fandom indica que debe ser el de un seme o uke, pero esto no
significa que eso los defina. Y no debería significarlo. Los escritores
deberíamos estar por encima de lo que nos dicen que debemos hacer. Y no, no
quiero decir que tengamos que escribir como nos salga e ignorar las reglas de
la gramática, que por algo están allí, para entendernos, lo que quiero decir es
que dentro de estas reglas tenemos libertad absoluta, tenemos la posibilidad de
crear y conocer, ¿por qué limitarse a lo que te dicen que tiene que ser un
personaje?
Rei
(Había escrito algo ya y no se posteó, me cago en la xuxa!)
ResponderEliminarPero decía que este mal habito también condiciona a los lectores, tanto a los que por naturaleza no son exigentes, como a aquellos que lo son es cierto grado. Y es que cuando alguien escribe personajes con características de cada estereotipo, para luego agregarle otras características m para luego nunca decir quien cumple tal papel, y cuando los lectores se entera que él creía seme no es seme y el uke no es uke, ¡se armó la de Troya! Peor aún, cuando estas distinciones nunca son aclaradas, no faltan los comentarios, debates incluso, del tipo "quién es el seme, quién es el uke". Se sienten perdidos y confundidos, el orden del universo ha sido violentado, llamen a la policía ínter galáctica!!! XD
Jajajaja!! He visto esos casos, es... sería hilarante de no ser preocupante XD
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